Disputas internas marcan un punto de quiebre en el futuro de Liga de Quito
La estructura interna de Liga Deportiva Universitaria se enfrenta a un periodo de incertidumbre sin precedentes. La relación entre Esteban Paz e Isaac Álvarez, dos figuras clave en la administración del club, ha llegado a un punto crítico, dejando en duda la continuidad de la Comisión Especial de Fútbol.
Según informaciones recientes de Mach Deportes, todo indica que la gestión de esta comisión, liderada por Esteban Paz pero gerenciada por Isaac Álvarez, quien también ejerce como presidente del club, no se extenderá más allá de 2023. Aparentemente, la falta de voluntad por parte de Álvarez para seguir colaborando ha sido un factor decisivo.
Las discrepancias no son solo de naturaleza personal o administrativa. Existe un trasfondo económico significativo, evidenciado en un préstamo de nueve millones de dólares, avalado por Álvarez y Paz. Este préstamo creó un fideicomiso que asegura el ingreso de auspicios para saldar la deuda, una maniobra para minimizar los riesgos financieros.
El conflicto se agrava por el compromiso contractual de la Liga con su Comisión Especial de Fútbol, que estipula dejar el club sin deudas al final de su gestión, una meta que actualmente parece inalcanzable. La posición de Álvarez como presidente y financiero principal de la comisión complica aún más la situación.
A esto se suma la histórica oposición de algunos socios del club hacia la gestión de la familia Paz. Con la asamblea programada para el 8 de enero, donde se definirá el rumbo del equipo tras el cierre de la gestión actual el 31 de diciembre, los rumores apuntan a un cambio radical en la dirección del club, retornando a una administración liderada por sus autoridades electas, en lugar de la Comisión Especial de Fútbol. Los esfuerzos de ex presidentes por unificar a las partes en conflicto han resultado infructuosos, marcando un posible fin de una era en Liga de Quito.
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