La presidenta del club azuayo responsabiliza a dos miembros de su equipo por la resta de puntos y exige su dimisión inmediata.
El Deportivo Cuenca, uno de los clubes más emblemáticos del fútbol ecuatoriano, se encuentra en medio de una tormenta interna tras la sorpresiva pérdida de tres puntos en la tabla de posiciones. Esta situación ha generado una fuerte reacción de la presidenta del club, Nataly Villavicencio, quien no ha dudado en señalar a los responsables y pedir sus renuncias públicamente.
El inicio de la controversia
Todo comenzó cuando la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) decidió sancionar al Deportivo Cuenca con la resta de tres puntos debido a un incumplimiento en un pago. El monto en cuestión era de tan solo $1.500, una suma que el club ya había pagado el miércoles previo. Sin embargo, una aparente negligencia en la comunicación y la gestión del proceso ha llevado a esta costosa sanción.
La ira de la presidenta
Nataly Villavicencio, visiblemente molesta, ofreció una rueda de prensa en la que dejó claras sus emociones. «Esto no puede pasar en un club profesional», afirmó. Para Villavicencio, la pérdida de puntos no solo afecta al equipo en la tabla, sino que también mancha la reputación de una institución que ha luchado por mantenerse competitiva en la Serie A del fútbol ecuatoriano.
La presidenta fue directa al señalar a dos personas dentro de la organización como responsables del caos. Talía Lujua, gerente del club, y Lorenzo Pichisaca, miembro del equipo administrativo, fueron nombrados públicamente como los culpables de la situación. «Quiero sus renuncias hoy por la tarde«, declaró Villavicencio, dejando en claro que no tolerará más errores de este tipo.
¿Qué salió mal?
Según explicó Villavicencio, la suspensión del pago fue notificada el miércoles, dando tiempo suficiente para que el monto se transfiriera a la FEF y evitar así la sanción. No obstante, la presidenta cuestionó por qué el pago se retrasó hasta el último momento y cómo fue posible que la gerente del club se enterara de la sanción por redes sociales en lugar de actuar proactivamente.
«Esto no es solo una cuestión de $1.500», enfatizó Villavicencio. «Es una cuestión de responsabilidad y profesionalismo. En un club de primera división, estos errores no se pueden permitir». La indignación de la presidenta refleja el descontento de los hinchas, quienes ven cómo su equipo se ve perjudicado en la cancha por decisiones administrativas fuera de lugar.
La presión sobre los implicados
La petición de renuncia pública realizada por Villavicencio pone a Lujua y Pichisaca en una situación complicada. Ambos tendrán que decidir si acceden a las demandas de la presidenta o enfrentan las consecuencias de una posible destitución. En cualquier caso, el ambiente en Deportivo Cuenca se ha vuelto tenso, y el futuro de estos dos empleados está en la cuerda floja.
Es importante destacar que, más allá de las decisiones administrativas, el verdadero costo de este error lo pagarán los jugadores y los aficionados del Deportivo Cuenca. La pérdida de tres puntos podría ser decisiva en la lucha del equipo por permanecer en la Serie A, o incluso en sus aspiraciones a competiciones internacionales.
Repercusiones y lo que sigue
La noticia de la sanción y la reacción de Villavicencio no ha pasado desapercibida en el mundo del fútbol ecuatoriano. Los medios han reportado extensamente sobre la situación, y los aficionados han expresado su apoyo a la presidenta en su intento de exigir responsabilidad dentro del club. Sin embargo, también hay quienes consideran que la reacción fue excesiva y que podría desestabilizar aún más al equipo en un momento crucial de la temporada.
En cuanto al futuro inmediato del Deportivo Cuenca, la directiva deberá trabajar rápidamente para resolver este conflicto interno y evitar que afecte el rendimiento del equipo en el campo. El departamento legal del club ya ha comenzado a investigar el caso para determinar si hay margen para apelar la sanción, aunque las probabilidades de éxito parecen ser reducidas.
Lo que es seguro es que esta situación ha expuesto una serie de problemas internos que la dirigencia deberá corregir si quiere evitar futuros incidentes similares. La transparencia, la comunicación efectiva y la profesionalidad serán clave para que el club supere esta crisis y se concentre en lo que realmente importa: el rendimiento deportivo.
Reflexión final
El caso del Deportivo Cuenca es un recordatorio de que, en el fútbol moderno, los detalles administrativos pueden ser tan importantes como lo que sucede en el campo de juego. Un error de comunicación o una negligencia en la gestión puede tener consecuencias devastadoras para un equipo que lucha cada semana por mantenerse competitivo.
Nataly Villavicencio ha mostrado con su reacción que no tolerará la mediocridad dentro de su organización, un mensaje que sin duda resonará no solo en Cuenca, sino en todo el fútbol ecuatoriano. Será interesante ver cómo evoluciona esta situación y si las medidas tomadas por la presidenta logran devolver al club a la estabilidad necesaria para afrontar el resto de la temporada.