El defensor ecuatoriano Robert Arboleda marcó un gol clave en la victoria del Sao Paulo sobre Fluminense, consolidándose como figura y referente del fútbol ecuatoriano en el extranjero.
No siempre se necesita ser delantero para convertirse en héroe. Robert Arboleda, defensor ecuatoriano del Sao Paulo, demostró una vez más que el corazón y la intuición pueden más que cualquier libreto. En un momento delicado para su equipo, el tricolor apareció con un cabezazo letal para abrir el marcador y encaminar una victoria vital ante Fluminense (3-1) por el Brasileirao.
Corría el minuto 24 cuando el partido estaba igualado sin goles. Luciano desbordó por la banda, levantó la cabeza y centró al corazón del área. Allí estaba Arboleda, como un cazador paciente, para conectar de cabeza y desatar la locura en el Morumbí. Ese tanto, el número 23 de su carrera con el Sao Paulo en 335 partidos oficiales, no solo rompió el cero, sino también el silencio de una hinchada que comenzaba a impacientarse.
El contexto no era fácil. Hernán Crespo, técnico del club paulista, venía siendo criticado por los malos resultados. Por eso, el tanto del ecuatoriano no solo fue un premio a su persistencia, sino también un respiro para su entrenador.
Tras el tanto de Arboleda, Sao Paulo tomó confianza. Aldemir dos Santos Ferreira amplió la ventaja a los 60 minutos, y aunque Fluminense descontó con un gol de Samuel Xavier, el equipo local sentenció el duelo con el tanto de Gonzalo Tapia, quien anotó por primera vez desde su llegada desde River Plate.
Con esta victoria, el club paulista escala al octavo lugar en la tabla con 22 puntos y se mete en la lucha por un cupo a copas internacionales. Y Arboleda, como tantas veces, vuelve a ser símbolo de seguridad y liderazgo, dejando en alto el nombre del fútbol ecuatoriano en tierras brasileñas.
