El DT de Liga de Quito desató una fuerte reacción tras el empate ante Manta. Conoce todos los detalles del altercado y el presente del club albo.
La pasión del fútbol ecuatoriano puede llevar las emociones al límite, y eso fue exactamente lo que sucedió en el estadio Rodrigo Paz. Tiago Nunes, director técnico de Liga de Quito, perdió la compostura tras el empate agónico frente al Manta FC, protagonizando un tenso momento que rozó la pelea con el entrenador rival Efraín Mera.
Todo ocurrió al término del partido. Liga rescató un empate sobre la hora, pero Nunes, visiblemente molesto, se lanzó a reclamar por el poco tiempo de adición. Las cámaras captaron el instante en que empujó a Mera, desencadenando una reacción en cadena que casi se convierte en una batalla campal. Afortunadamente, los jugadores intervinieron antes de que la situación se saliera de control.
Este episodio refleja la presión que rodea a un equipo que ha vivido una temporada 2025 marcada por la irregularidad en la Liga Pro, contrastando con su sólido rendimiento en la Copa Libertadores.
En el torneo local, Liga ha tenido una campaña inconsistente. Aunque logró importantes victorias —como el 3-1 frente a Aucas o el 4-0 ante Orense— también ha dejado escapar puntos en casa, empatando con Libertad y El Nacional. Estos tropiezos le han costado mantenerse entre los líderes.
Pero si algo mantiene viva la ilusión de la hinchada alba es el desempeño internacional. Liga se clasificó como primero de grupo en la Libertadores, superando a gigantes como Flamengo. Un hito que reafirma su peso histórico en el continente.

Nombres como Lisandro Alzugaray, Alexander Alvarado y Ricardo Adé han sido clave, mientras que Gruezo y Villamil aportan equilibrio en el mediocampo. Sin embargo, los constantes cambios en el banquillo técnico han generado inestabilidad, algo que la hinchada no deja de cuestionar.

El 2025 de Liga de Quito ha sido una montaña rusa. Lo ocurrido con Tiago Nunes es el reflejo de un club en ebullición, dividido entre la presión local y el brillo internacional. Si logra estabilizarse, aún puede ser protagonista. Pero el reloj corre, y los errores, dentro y fuera del campo, ya no tienen margen.