Norberto Araujo defendió a sus jugadores luego del triunfo de Deportivo Cuenca ante Vinotinto, que lo regresó a los puestos de clasificación.
El fútbol ecuatoriano no solo se juega en la cancha, también se debate en las ruedas de prensa. Tras el triunfo 2-0 de Deportivo Cuenca sobre Vinotinto, Norberto “Beto” Araujo no dudó en mandar un mensaje contundente a quienes han puesto en duda su trabajo. El Expreso Austral rompió una racha de siete partidos sin ganar y volvió a meterse en la pelea por el hexagonal final, un objetivo que parecía alejarse.
Un triunfo que devuelve la ilusión
Los morlacos necesitaban con urgencia un resultado positivo y lo consiguieron en el momento justo. Con este triunfo, se ubican en la cuarta posición, a falta de cinco fechas, con serias posibilidades de asegurar su presencia en la fase final de la LigaPro. Para un equipo que el año pasado luchaba por la permanencia, el salto es más que notable.
La respuesta de Araujo: “Este grupo merece respeto”
Las críticas hacia el Beto no se habían hecho esperar. La mala racha reciente encendió las dudas sobre si podía guiar al Cuenca al hexagonal. Sin embargo, tras la victoria, Araujo sacó pecho en conferencia de prensa:
“Nos pueden decir lo que sea, nos pueden atacar, pero este grupo se merece el respeto. Mucha gente habla con irrespeto y yo voy a defender a los jugadores. Nos merecemos estar en esta posición, hay que mantenernos ahí”.
Además, recordó las dificultades del plantel: lesiones, calendario ajustado y exigencias de la Copa Ecuador, en la que también mostraron carácter.
El Cuenca del Beto: de salvarse del descenso a soñar en grande
El presente del Deportivo Cuenca con Araujo supera cualquier expectativa. La temporada pasada evitó el descenso y este año, con una plantilla sin grandes nombres, compite de igual a igual contra clubes con mayor presupuesto. El sueño de clasificar a la Copa Sudamericana se siente más cercano, y el mensaje del Beto busca blindar a su plantel en la recta final.
El mensaje de Araujo va más allá del resultado: es un llamado a respetar el esfuerzo de un grupo que, contra los pronósticos, se mantiene en la pelea. El fútbol ecuatoriano gana con historias como esta, donde la pasión, la fe y la resiliencia se mezclan en cada jornada.