Con golazos y carácter, El Nacional logró una victoria clave que lo saca del fondo y le da un respiro a Omar Asad en la LigaPro
En una noche cargada de presión en el Olímpico Atahualpa, El Nacional dio un golpe de autoridad ante Delfín y se quedó con tres puntos vitales que le permiten mirar el futuro con algo más de esperanza. El 3-2 final fue reflejo de un equipo que, por momentos, mostró garra, fútbol y, sobre todo, convicción para salir del pozo.
Apenas comenzaba el encuentro cuando apareció el olfato goleador de JJ Cifuente. Con la personalidad que lo caracteriza, controló en la puerta del área y, con una media vuelta impecable, la mandó al fondo de las redes. El Nacional arrancaba con todo y dejaba clara su intención de cambiar la historia.
Pero si de golazos hablamos, el de Darío Pazmiño merece una mención especial. A los 29 minutos, el volante soltó un zapatazo desde unos 30 metros que dejó sin reacción al arquero rival. Una verdadera joya que hizo vibrar a la hinchada militar y consolidó el dominio local.
En la segunda mitad, el Bi-Tri no aflojó. Rommel Cabezas, con un certero cabezazo tras un buen centro, marcó el 3-0 que parecía sentenciar la historia. Sin embargo, Delfín no bajó los brazos: Nahuel Gallardo descontó y, ya en tiempo agregado, Erik Mendoza le puso algo de drama al cierre con el segundo tanto visitante.

Más allá del sufrimiento final, el equipo de Omar Asad logró lo que necesitaba con urgencia: ganar. Y ganar bien. Los jugadores respaldaron con fútbol a su entrenador, quien venía siendo cuestionado, y el Bi-Tri abandonó, al menos por ahora, el último lugar de la tabla.
¿Será este el punto de quiebre para el histórico club quiteño? Por lo pronto, en El Nacional se respira un aire distinto. Y el Turco, también.