Barcelona SC busca redimirse tras la caída en Libertadores y mantenerse líder en LigaPro ante un Macará con la pólvora mojada
En un momento clave de la temporada, Barcelona SC enfrenta este sábado una prueba con sabor a revancha. Tras la derrota ante Universitario por Copa Libertadores, los dirigidos por Segundo Alejandro Castillo tienen la mira puesta en Ambato, donde se medirán a Macará desde las 19:00, por la décima jornada de LigaPro. El objetivo es claro: sumar tres puntos que les permitan seguir en la cima del campeonato ecuatoriano.
El técnico “Sir Second” Castillo hará ajustes en su once titular, apostando por un equipo que combine solidez y agresividad. Una de las novedades sería el ingreso de Alex Rangel como central, lo que empujaría a Gustavo Vallecilla al lateral izquierdo. Junto a Xavier Arreaga, Rangel buscará blindar una defensa que tendrá también a Bryan Carabalí por derecha. En el medio, Leonai Souza reemplazaría a Dixon Arroyo, aportando más equilibrio y recuperación.
En la delantera no hay misterios: Jandry Gómez, Joaquín Valiente, Janner Corozo y Octavio Rivero serán los encargados de llevar peligro al área rival. Y bajo los tres palos, José Contreras tendrá la responsabilidad de frenar a un Macará que arrastra una preocupante sequía ofensiva.
Y es que el equipo ambateño no celebra un gol desde hace 429 minutos. Con apenas cinco goles en diez partidos, y con Guillermo Sanguinetti recién llegado al banquillo, el Celeste necesita con urgencia reencontrarse con las redes. Su último festejo en el Bellavista fue el 9 de marzo. Desde entonces, la frustración crece jornada a jornada.

El duelo no es menor: Barcelona comparte la cima con Independiente del Valle y Vinotinto, pero tiene un partido pendiente. Una victoria lo pondría en una posición ideal para afrontar el resto del torneo sin tanta presión. Para Macará, por el contrario, es una final anticipada que puede marcar un antes y un después en su lucha por salir del fondo.
Con todo por decidirse, el Estadio Bellavista será escenario de un choque cargado de emociones, donde uno busca reivindicación y el otro, resurrección.