El fútbol ecuatoriano se sacude tras las declaraciones del exdirectivo de Barcelona, que acusa a IDV de tener privilegios en la Federación y en La Tri.
El fútbol ecuatoriano no solo se juega en la cancha. Esta semana, Carlos Alfaro Moreno, exdirigente de Barcelona SC, encendió nuevamente la polémica al acusar públicamente a Independiente del Valle de tener privilegios en la Selección Ecuatoriana. ¿Simple rivalidad dirigencial o hay algo más detrás de sus palabras?
Un fuego cruzado que no se apaga
Las tensiones entre Barcelona e Independiente del Valle no son nuevas. Pero esta vez, Alfaro fue más allá. En una entrevista con Al Final del Túnel, sostuvo que existe “una maquinaria” construida para beneficiar a IDV. Según él, hay un abuso del espacio que ofrece la Selección como vitrina para promover a los jugadores del club negriazul, en perjuicio de otras instituciones del país.
Aunque reconoció la calidad de la cantera de IDV —“la mejor del país y una de las mejores de Sudamérica”—, insistió en que las convocatorias deben ser más equitativas. “Siempre pedí que abran el abanico. Barcelona merecía tener un convocado más”, reclamó.
¿Caso Kevin Rodríguez?
Uno de los ejemplos que dio Alfaro fue el fichaje de Kevin Rodríguez. Según explicó, intentó ficharlo para Barcelona en 2022, pero se enteró de que ya lo había comprado Michel Deller, dirigente de IDV. El delantero luego terminó en el Mundial y fue presentado oficialmente como refuerzo de los Rayados en enero de 2023. ¿Coincidencia o estrategia?
«Yo quería a Kevin Rodríguez en Barcelona, me reuní con el presidente de Imbabura. Yo quería un préstamos con opción de compra. El presidente me dijo ‘Michel me compró a Kevin y Alejandro Tobar’. Esto era en septiembre de 2022, en noviembre apareció en el Mundial y lo presentaron en enero», complementó.
¿Qué hay detrás de todo esto?
Estas declaraciones reavivan una vieja discusión en el fútbol ecuatoriano: ¿hay clubes que tienen más influencia que otros dentro de la FEF? ¿La Selección debería ser más diversa en cuanto a jugadores y clubes representados?
Mientras tanto, los hinchas y seguidores del fútbol nacional debaten si estas palabras responden a una visión crítica o a una frustración dirigencial.
¿Una crítica legítima o un pase entre líneas?
Lo cierto es que el fútbol ecuatoriano necesita transparencia y meritocracia. Y también necesita voces que cuestionen, pero con argumentos. Las palabras de Carlos Alfaro Moreno pueden generar incomodidad, pero también invitan a reflexionar sobre cómo se gestiona nuestro deporte. ¿Tú qué opinas?
