El histórico Christian Lara sorprende al fútbol ecuatoriano firmando con Sociedad Atlética Sancor, un club que sueña con llegar a la Serie B.
En el fútbol ecuatoriano siempre hay historias que rompen esquemas, pero pocas tan sorprendentes como esta. Christian “Diablito” Lara, ídolo de generaciones y leyenda de la Selección Nacional, ha decidido volver a las canchas… ¡a sus 45 años! Un fichaje que no solo despierta nostalgia, sino que también promete encender la lucha por el ascenso en la Segunda Categoría.
El regreso del “Diablito”
Cuando parecía que Lara había colgado los botines definitivamente, Sociedad Atlética Sancor de Santo Domingo de los Tsáchilas dio la campanada. El club, que milita en Segunda Categoría, confirmó este 6 de agosto la contratación del ex 10 de El Nacional y Liga Deportiva Universitaria, con el objetivo claro: soñar con el ascenso.
Lara no es cualquier fichaje. Hablamos de un jugador que levantó la Serie A Ecuatoriana con El Nacional y que con Liga de Quito alcanzó la gloria internacional ganando la Copa Sudamericana 2009 y las Recopas Sudamericanas 2009 y 2010. Además, vistió la camiseta de la Tricolor, dejando su huella en las Eliminatorias y la Copa América.

Un ídolo que desafía al tiempo
Lo que más sorprende de este regreso no son solo sus logros pasados, sino su vigencia. A pesar de que la mayoría de futbolistas se retira mucho antes de los 40, el “Diablito” demuestra que la pasión y el compromiso pueden más que el calendario. Su fichaje no solo refuerza el plantel, sino que también motiva a una hinchada que ahora cree que el ascenso es posible.
Impacto en el fútbol ecuatoriano
El retorno de Lara no es un hecho menor. Refuerza la idea de que el fútbol ecuatoriano aún tiene espacio para figuras históricas que inspiran a las nuevas generaciones. Y aunque muchos dudan de su rendimiento a esta edad, el simple hecho de tenerlo en cancha genera expectación y cobertura mediática que pocos jugadores pueden lograr.
El fútbol es pasión, y el “Diablito” Lara lo sabe. A los 45 años, su regreso es un recordatorio de que los sueños y la garra no tienen fecha de caducidad. Ahora, los ojos estarán puestos en Sociedad Atlética Sancor y en el histórico número 10 que buscará escribir un nuevo capítulo en su brillante carrera.