Leonardo Campana expone sus emociones tras la victoria de su país y la esperanza de pronto vestir la camiseta tricolor.
La alegría de ver a tu equipo nacional ganar es incomparable, y más cuando se trata de partidos de eliminatorias. Sin embargo, para Campana, ese gozo vino acompañado de un sentimiento de nostalgia y deseo. A pesar de no ser convocado para los dos primeros encuentros, su corazón estaba completamente ligado a la selección.
“Viví el triunfo con una mezcla de emoción y tristeza”, expresó el deportista. «Sentí una gran alegría por la victoria de Ecuador, pero con esa amargura de no estar presente, de no poder vestir la camiseta de mi país en esos momentos cruciales».
Un duelo especial: Enfrentarse a Messi
El enfrentamiento contra Argentina cobró un matiz especial para Campana. No solo se trataba de un partido contra una selección de peso, sino también la posibilidad de compartir campo con Lionel Messi, quien actualmente es su compañero de equipo.
“El partido contra Argentina y contra Leo, que ahora comparte vestuario conmigo, fue un encuentro que me hubiera encantado vivir desde dentro. Imaginaba jugar a su lado, enfrentarnos y luego, al final, tener ese gesto deportivo de intercambiar camisetas”, confesó con cierta melancolía.
La esperanza de representar a Ecuador
Pese a la decepción momentánea, Campana no pierde la esperanza y se muestra optimista respecto a su futuro con la selección. Está convencido de que su momento llegará y que su compromiso y rendimiento hablarán por él.
“Duele no estar ahora, pero tengo la certeza de que la selección me abrirá sus puertas tarde o temprano. Mi objetivo es seguir dando lo mejor de mí, demostrar mi valía en el campo y sé que, en algún momento, tendré la oportunidad de representar a Ecuador con orgullo”, afirmó con determinación.
Conclusión
La trayectoria de un futbolista está llena de altos y bajos, de alegrías y desencantos. Campana, con su pasión y dedicación, representa ese espíritu luchador que no se rinde ante las adversidades. La victoria de Ecuador fue un recordatorio de lo que anhela y de lo que, con esfuerzo y dedicación, espera lograr en un futuro cercano.