La Tri Sostiene su Lugar en la Clasificación Gracias a un Triunfo en Casa Blanca ante Chile por Eliminatorias Sudamericanas
La selección ecuatoriana de fútbol, conocida cariñosamente como La Tri, vivió una noche de tensión y alivio en el estadio Rodrigo Paz Delgado, mejor conocido como Casa Blanca. En un encuentro vibrante, lograron imponerse por la mínima diferencia a Chile, un rival que no se lo puso nada fácil.
Un Primer Tiempo de Altibajos
El inicio del partido fue una montaña rusa de emociones. Ecuador, con la urgencia de sumar puntos, se lanzó al ataque desde los primeros minutos. Kevin Rodríguez y Ángel Mena intentaron liderar las ofensivas, pero se encontraron con un Chile decidido y bien plantado en defensa. Sin embargo, la perseverancia tuvo su recompensa cuando Kendry Páez, con un disparo potente, generó un rebote que Mena, astuto y experimentado, convirtió en gol. Este tanto fue un bálsamo para el equipo de Félix Sánchez Bas, que mostró solidez en su bloque defensivo.
Segundo Tiempo: Sufriendo hasta el Final
La segunda mitad del encuentro fue un verdadero desafío para los nervios de los aficionados. Chile, con Alexis Sánchez como maestro de orquesta, puso en aprietos a La Tri, que empezó a perder el control del balón. A pesar de los intentos de Jhojan Julio, Carlos Gruezo y Moisés Caicedo por aumentar la ventaja, el marcador no se movió. Ecuador mostró destellos de buen juego, respondiendo a las críticas sobre su construcción ofensiva.
Un Final de Infarto
En los minutos finales, el partido se convirtió en un ida y vuelta frenético. Chile, con sus jóvenes promesas, buscó el empate, mientras que Ecuador, con cambios estratégicos como la entrada de Alan Franco y Leonardo Campana, intentó cerrar el partido. Fue un final de angustia, con Ecuador defendiendo su ventaja con uñas y dientes, destacándose una salvada crucial de Alexander Domínguez y un bloqueo heroico de Félix Torres.
Finalmente, La Tri logró asegurar tres puntos vitales, manteniéndose firme en la zona de clasificación. Fue una noche de suspiros y corazones acelerados, pero con un desenlace feliz para el equipo ecuatoriano.