El defensor ecuatoriano es prioridad del DT merengue, pero un detalle clave podría frenar su llegada. Te contamos todo.
El nombre de Piero Hincapié vuelve a sonar fuerte en Europa, esta vez vinculado al Real Madrid, club que podría dar un giro a su defensa de la mano de Xabi Alonso, quien lo conoce perfectamente. Sin embargo, como suele pasar en Chamartín, la decisión final no pasa solo por el entrenador.
Según “El Chiringuito”, el zaguero ecuatoriano estaría empujando para salir del Bayer Leverkusen. ¿El problema? Florentino Pérez y su política de fichajes: nada de cláusulas millonarias, prefiere jugadores que lleguen libres o a bajo costo. Y Hincapié tiene contrato hasta 2029… con una cláusula de salida de 68 millones de euros.
¿Es momento para que Hincapié dé el salto al Real Madrid?
Desde el punto de vista futbolístico, sería un paso de élite. Entrenar con los mejores, disputar Champions y estar bajo el mando de un técnico que ya explotó su potencial en Alemania suena ideal. Pero ojo, la competencia en la defensa blanca es feroz y el ambiente, de máxima presión.
¿Tiene el nivel para pelearle el puesto a Militao, Rüdiger o Alaba? Probablemente sí, pero no sería inmediato. En un club como el Madrid, los errores no se perdonan, y los minutos se ganan con sudor y constancia.
Hmmm 🤔
— Footy Condor 🇪🇨 (@FootyCondor) May 13, 2025
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¿Quiénes son los otros candidatos para la zaga del Madrid?
El diario Marca reveló que además de Hincapié, los merengues siguen a:
- Dean Huijsen (Juventus, cedido en Bournemouth): Joven, elegante y con gran proyección.
- Ibrahima Konaté (Liverpool): Rápido, fuerte, con experiencia top en Premier y Champions.
Ambos tienen sus puntos fuertes, pero también un factor en común con Hincapié: precio alto y juventud. La elección dependerá del balance entre potencial, valor de mercado y urgencia táctica.
Si Florentino cede a la petición de Xabi, Piero Hincapié podría ser el primer ecuatoriano en vestir la camiseta blanca. No sería fácil, pero si alguien tiene la madurez para afrontar ese desafío, es él. Habrá que esperar… pero la ilusión está servida.