De Mushuc Runa a Barcelona SC, los banquillos arden: Fabián Frías se suma a la lista de entrenadores que no completaron su proceso
El fútbol ecuatoriano siempre ha sido apasionante, pero en 2025 la emoción también se vive en los banquillos. La LigaPro atraviesa una temporada marcada por la inestabilidad: ya son 11 entrenadores los que han dejado su cargo antes de cumplir contrato. La última víctima, Fabián Frías, se despidió de Mushuc Runa tras apenas 16 días al mando.
Una lista que no deja de crecer
Lo de Frías no es un caso aislado. En las últimas semanas han caído nombres de peso como Segundo Castillo (Barcelona SC), Jorge Célico (Emelec), Pablo Vitamina Sánchez (Liga de Quito) y Omar Asad (El Nacional). Incluso clubes con menos presión mediática han tomado decisiones drásticas: Orense despidió a Santiago Escobar, Macará a Alex Pallarés, y Delfín a Nicolás Chietino.
El caso más llamativo sigue siendo el de Mushuc Runa, que perdió a dos técnicos en menos de un mes: primero Ever Hugo Almeida y luego Frías.
La estabilidad es un lujo
Pese al cambio de formato —con una Fase Inicial de 30 fechas que supuestamente daría más tiempo para trabajar— la presión por resultados inmediatos sigue siendo feroz. La estadística lo confirma: más de la mitad de los equipos de Serie A ya cambiaron de entrenador en lo que va del año.
En este panorama, pocos han resistido. Juan Carlos León (Libertad) acumula un año y cuatro meses en el cargo, mientras Efrén Mera (Manta) lleva un año y seis meses. El más longevo es Juan Gabrowski (Vinotinto), con un año y siete meses de continuidad.
Historias curiosas en los banquillos
Un detalle pintoresco: Paúl Vélez empezó el torneo con Técnico Universitario, fue despedido tras cinco fechas y, meses después, regresó al ruedo… ¡para dirigir a Mushuc Runa en el mismo campeonato!
El desafío de construir proyectos
En un fútbol tan competitivo como el ecuatoriano, la paciencia parece ser un bien escaso. La racha de despidos en la LigaPro 2025 demuestra que, más allá de los sistemas o tácticas, los resultados mandan. Y mientras los banquillos arden, los hinchas esperan que sus equipos encuentren un rumbo estable.