El presidente de Barcelona acusó a jugadores de llegar ebrios y confirmó la salida de 10 elementos para 2026.
La crisis interna en Barcelona SC alcanzó su punto máximo este martes. Tras la negativa del plantel de entrenar debido a deudas de tres meses, el presidente Antonio Álvarez respondió con dureza, exponiendo una fractura irreconciliable.

Álvarez calificó la medida de los jugadores como injustificable, señalando que los sueldos del equipo son altos (cerca de $30.000 mensuales) y que la deuda no justifica paralizar actividades. Sin embargo, la declaración más grave no fue económica, sino disciplinaria: el directivo acusó a un grupo de futbolistas de falta de profesionalismo, mencionando excesos con alcohol y fiestas.
«Barcelona está enquistado de malos elementos», afirmó Álvarez, asegurando tener pruebas de jugadores «farreando». Además, anticipó una purga masiva para el 2026, donde saldrán al menos diez elementos, algunos acusados de llegar en estado etílico al club. La dirigencia asegura que el conflicto es liderado por una minoría de siete jugadores, a quienes acusó de priorizar el dinero sobre la institución.

