El capitán del Bombillo Luis Fernando León publicó un posteo enigmático en medio de los problemas económicos y el mal momento deportivo. ¿Qué está pasando en el vestuario de Emelec?
El fútbol ecuatoriano no solo se vive en la cancha, también se respira en cada publicación, gesto o silencio. En las últimas horas, un posteo de Luis Fernando León, capitán de Emelec, encendió las redes sociales y dejó a más de un aficionado con muchas preguntas y pocas respuestas.
El Bombillo atraviesa una racha complicada. Tres empates consecutivos han dejado al equipo en la parte baja de la tabla, peleando por no caer en la zona del cuadrangular del descenso. Pero los problemas no se limitan a lo deportivo. La situación económica del club también es delicada, con rumores de retrasos en los pagos a los jugadores que cada vez suenan con más fuerza.
🧠 «No hay ni señales de humo»: ¿una indirecta a la dirigencia?
El martes por la tarde, León publicó una historia en su cuenta de Instagram que rápidamente se volvió viral. En la imagen se lo ve con las manos en la cabeza y una frase que lo dice todo (o nada): «No hay ni señales de humo.» Para muchos, una clara alusión al silencio de la directiva frente a los pedidos del plantel, que estaría reclamando respuestas y certezas sobre los salarios adeudados.
Según trascendió, los jugadores solicitaron una reunión con el presidente Jorge Guzmán, pero aún no habrían recibido respuesta. La dirigencia ha centrado sus esfuerzos en levantar la sanción que impedía fichar, logrando inscribir a 13 nuevos refuerzos. Sin embargo, esto habría generado atrasos en los pagos al actual plantel, lo que ha provocado molestia interna.
🔚 El reto de Emelec: ordenar la casa antes de que sea tarde
El mensaje de León no es solo una queja: es un reflejo del momento que vive Emelec. Mientras el equipo busca recuperarse en lo futbolístico, la directiva tiene el desafío de devolver la estabilidad económica y emocional al grupo. Los hinchas lo saben: cuando la pelota no entra y los problemas se acumulan, el ruido fuera de la cancha puede ser más fuerte que cualquier silbatazo.