Jorge Guzmán estalla tras la derrota ante El Nacional y apunta contra Castelli y Quiñónez. ¿Qué está pasando en el Bombillo?
En el fútbol ecuatoriano no solo se habla de goles y jugadas brillantes. A veces, los focos apuntan a lo que ocurre fuera de la cancha: decisiones que cuestan caro, reacciones que encienden polémicas y un club que, como Emelec, vive un momento delicado.

Después de la derrota 2-0 frente a El Nacional por la fecha 14 de la LigaPro, el ambiente en el “Bombillo” está más tenso que nunca. No solo por el resultado, sino por las dos expulsiones tempraneras que condicionaron el partido desde el minuto 10. Y fue el propio presidente del club, Jorge Guzmán, quien rompió el silencio con duras críticas a sus jugadores.
Dos rojas, un problema: ¿indisciplina o desconexión emocional?
Primero fue Joao Quiñónez, que tras el gol de Djorkaeff Reasco cometió una agresión innecesaria con un codazo que, tras revisión del VAR, le costó la roja directa. Luego, apenas siete minutos más tarde, Facundo Castelli vio la segunda amarilla por empujar a Darío Pazmiño. Resultado: Emelec con nueve hombres antes de los 20 minutos.
Aunque en semanas pasadas el club había mostrado su disconformidad con el arbitraje (incluso pidió que ciertos jueces no los dirijan más), esta vez la molestia fue interna. Guzmán fue claro y directo:
“Las dos expulsiones fueron completamente justificadas. Atentaron contra los intereses del club”.
El presidente agregó que pedirá explicaciones a los propios jugadores, marcando una línea clara entre errores arbitrales y conductas inaceptables dentro del plantel.
Emelec en el espejo: ¿se puede revertir la crisis?
Con el torneo avanzando y las opciones de clasificar complicándose, la pregunta que ronda a los aficionados es clara: ¿podrá Emelec recuperar el rumbo? La autocrítica parece haber comenzado, pero los errores repetidos en partidos claves tienen al equipo en una cuerda floja.
Guzmán ya dio el primer paso con sus declaraciones, ahora queda ver si el plantel responde en la cancha con resultados… y cabeza fría.
