El presidente de Emelec Jorge Guzmán habló del presente torero y dejó una frase que encendió la previa del clásico más esperado del fútbol ecuatoriano
El fútbol ecuatoriano siempre tiene un punto de máxima tensión: el Clásico del Astillero. Y aunque todavía faltan días para que Emelec y Barcelona se enfrenten en el Capwell, ya comenzaron a jugarse los primeros minutos fuera de la cancha. Jorge Guzmán, presidente del Bombillo, rompió el silencio y habló sobre la actualidad de su eterno rival, dejando una frase que llamó la atención a propios y extraños.
Guzmán y su visión sobre el presente de Barcelona
Barcelona SC atraviesa semanas complicadas: eliminación en la Copa Ecuador frente a Cuenca Juniors de Segunda Categoría y caída en casa ante Universidad Católica. Todo esto contrasta con la levantada de Emelec, que bajo la dirección de Guillermo Duró consiguió un triunfo importante en Quito frente a Aucas.
Lejos de la burla fácil o de la rivalidad incendiaria, Guzmán sorprendió con un mensaje de respeto:
«No me alegra que no le vaya bien, porque Guayaquil es Barcelona y Emelec. Esperemos que Barcelona se recupere, pero no con nosotros».
Unas palabras que, muestran una postura distinta en la previa del duelo más caliente del país.
El Clásico y lo que se juega
El próximo domingo 14 de septiembre, el Estadio Capwell será el escenario de un partido que puede marcar la fase final de LigaPro. Barcelona llega segundo en la tabla, pero con dudas futbolísticas; mientras que Emelec busca trepar posiciones y seguir creyendo en la mano de Duró.
Ambos equipos no solo disputan tres puntos: disputan orgullo, prestigio y la posibilidad de ganar confianza de cara a los hexagonales.
Cambio en la Copa Ecuador
En paralelo, Guzmán confirmó que el duelo entre Emelec y Leones FC por la Copa Ecuador cambió de fecha. Finalmente se jugará el 1 de octubre en Ibarra, luego de varios reclamos por la programación inicial. Un calendario apretado, justo en la transición de la LigaPro hacia la definición del torneo.
La previa del clásico ya está encendida. Con un presidente azul que lanza mensajes inesperados y con ambos equipos bajo la lupa, el Clásico del Astillero promete ser mucho más que un partido: será un termómetro del momento de dos gigantes del fútbol ecuatoriano.
