El nuevo DT del Bombillo arrancó con triunfo ante Manta, pero dejó un mensaje claro: el fútbol ecuatoriano necesita constancia y autocrítica para brillar.
El fútbol ecuatoriano está lleno de emociones, giros inesperados y voces sinceras. Y eso lo dejó claro Guillermo Duró en su primer partido al mando de Emelec. Aunque su equipo venció 4-2 a Manta en el estadio Jocay y logró sumar tres puntos fundamentales para escapar de los puestos de descenso, el técnico argentino no se dejó llevar por el entusiasmo.
Lejos de los discursos triunfalistas, Duró habló con la serenidad de alguien que sabe que los resultados no siempre reflejan lo que ocurre en la cancha. “No me voy contento, pero sí tranquilo”, declaró con honestidad. Una frase que, sin duda, resume lo que sintió buena parte de la hinchada eléctrica: satisfacción por el marcador, pero también preocupación por el desempeño en la segunda mitad.

Un primer tiempo de ensueño, pero…
La actuación del Bombillo en los primeros 45 minutos fue convincente. Orden táctico, presión alta y contundencia ofensiva. Cuatro goles que encendieron la ilusión en la hinchada azul y parecían marcar el inicio de una nueva era.
Duró lo explicó con claridad: “Trabajamos mucho el orden, a partir de eso buscamos los espacios. El primer tiempo fue muy bueno, con presión y estructura”. Pero el fútbol, como la vida, cambia en un instante, y lo que parecía una noche perfecta se transformó en una alerta encendida durante el segundo tiempo.
El bajón que preocupa y la autocrítica que ilusiona
En la segunda mitad, Emelec bajó la intensidad, perdió la posesión y permitió que Manta descontara en el marcador. Aunque el resultado no estuvo en peligro real, el técnico no quiso pasar por alto esa caída en el rendimiento. “Debemos mejorar y tratar de mantener lo que hicimos en el primer tiempo durante todo el partido”, sentenció.
Ese tipo de autocrítica no es común en el fútbol ecuatoriano, y podría marcar una diferencia clave para Emelec en esta segunda parte de la temporada. El fútbol ecuatoriano necesita más entrenadores que, como Duró, hablen con franqueza y trabajen con humildad.
¿Y Cueva? La decisión que encendió las preguntas
Uno de los momentos que generó más curiosidad fue la salida de Christian Cueva en el entretiempo. El mediocampista peruano venía haciendo un buen partido, y su reemplazo por Jean Carlos Quiñónez sorprendió a todos. Duró no se guardó nada: “Sintió una molestia en el isquio y preferí no arriesgarlo”.
Una decisión prudente que demuestra que, además de buscar resultados, el nuevo DT prioriza la salud y la proyección del plantel. Cueva es un jugador clave, y será fundamental tenerlo al 100% para los retos que se avecinan.
Más que un resultado, una advertencia
El debut de Guillermo Duró en Emelec es una radiografía del momento que vive el fútbol ecuatoriano: talento hay, pero hace falta constancia, equilibrio y autocrítica. El 4-2 ante Manta es una bocanada de aire fresco para el Bombillo, pero también una señal de que queda mucho trabajo por hacer.
Y quizá esa es la mejor noticia para los hinchas azules: con un técnico que dice la verdad y no se conforma, las esperanzas de renacer son más reales que nunca.