La inolvidable final del Astillero dejó una anécdota familiar: Miller le pasó factura a Álex Bolaños esa misma noche.
En el fútbol ecuatoriano hay historias que trascienden el campo, y pocas tan memorables como la final del 2014 entre Emelec y Barcelona SC, conocida como la «final del siglo». En esa ocasión, Miller Bolaños, figura de los Azules, no solo brilló en la cancha, sino que también se aseguró de ganar fuera de ella, cobrando una apuesta que dejó a su hermano Álex, exmediocampista del Ídolo, con el doble sabor amargo de la derrota.
En el programa Concentrao, Álex Bolaños reveló un detalle que pocos conocían. Tras el partido donde Emelec se coronó campeón y él fue expulsado, Miller, apodado el ‘Killer’, no perdió tiempo y cobró la apuesta esa misma noche. “Habíamos hecho una apuesta, y él me la fue a cobrar al instante que perdimos”, contó Álex, entre risas nostálgicas.
Un campeón implacable, dentro y fuera de la cancha
La rivalidad entre hermanos es algo común, pero cuando se juega una final tan importante como la del Astillero, las emociones y los compromisos toman otro nivel. Álex recordó cómo, al llegar a su casa después del amargo desenlace, fue sorprendido por el chofer de su hermano, quien llegó con un mensaje claro: «Miller mandó a cobrar la apuesta».
Aunque el exmediocampista admite que fue un golpe duro, también reconoce que las apuestas entre hermanos son cosa seria. “Había que ser de palabra”, expresó Álex, aceptando que no había escapatoria ni excusas.
MILLER COBRÓ LA APUESTA CON ALEX
— Sergio Basantes (@sbasantes92) November 17, 2024
“Habíamos hecho una apuesta y él me la fue a cobrar al instante que perdimos la final (2014). Yo regresé a mi casa y él mandó a cobrar la apuesta con el chofer”
Alex Bolaños sobre la apuesta hecha con Miller Bolaños para la final en el Capwell… pic.twitter.com/Viu7f649Ut
La leyenda detrás de la final del siglo
Aquella final dejó mucho más que un título en la historia del fútbol ecuatoriano. Además de las leyendas urbanas y los debates entre hinchas, la anécdota entre los Bolaños muestra cómo las rivalidades familiares pueden ser tan apasionadas como las deportivas. Y aunque Álex perdió en ambos frentes esa noche, queda claro que entre hermanos, la competitividad siempre tiene un toque de humor.