El presidente Marco Pazos sorprendió con un anuncio tras la derrota ante Barcelona, en medio de la difícil realidad del ‘Bi-Tri’ en el fútbol ecuatoriano.
En el fútbol ecuatoriano, las noticias fuera de la cancha a veces pesan tanto como los resultados dentro de ella. Tras una nueva derrota ante Barcelona, el presidente de El Nacional, Marco Pazos, tomó una decisión que ha generado debate entre aficionados y especialistas: destinar toda la recaudación de taquilla para cubrir sueldos de jugadores y personal administrativo. Un gesto que, para algunos, refleja compromiso; para otros, evidencia de una crisis más profunda.
El anuncio de Marco Pazos y la realidad de El Nacional
En el estadio Olímpico Atahualpa, la expectativa era alta. Se esperaba una gran asistencia de hinchas rojos y amarillos, pero el resultado en boletería quedó lejos de lo proyectado. Pazos no ocultó su sorpresa: “Esperábamos más público”, dijo antes de confirmar que todo lo recaudado se entregaría directamente al plantel y al personal del club.
El Nacional, histórico del fútbol ecuatoriano con múltiples títulos y participación internacional, atraviesa una etapa complicada tanto en lo deportivo como en lo económico. Las últimas derrotas en LigaPro han encendido las alarmas y aumentado la presión sobre la dirigencia y el cuerpo técnico.

Un gesto que divide opiniones
Mientras algunos ven en esta decisión una muestra de responsabilidad y transparencia, otros consideran que es apenas un parche para un problema que requiere soluciones estructurales. En el contexto del fútbol ecuatoriano, donde los clubes suelen enfrentar deudas y atrasos salariales, la medida de Pazos no pasa desapercibida.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿puede este tipo de acciones motivar a los jugadores para revertir la mala racha, o es simplemente un intento desesperado de mantener la calma en medio de la tormenta?
El desafío del ‘Bi-Tri’
El Nacional no solo debe pensar en sumar puntos en la cancha, sino también en recuperar la confianza de su hinchada y estabilidad financiera. La decisión de Marco Pazos es un recordatorio de que, en el fútbol ecuatoriano, la pasión y la realidad económica están más conectadas de lo que parece.