El fútbol ecuatoriano vive horas intensas: Segundo Castillo deja de ser DT de Barcelona.
En el corazón de los hinchas toreros había una mezcla de fe y frustración. Segundo Castillo, ídolo de la cancha y figura en la banca, ya no es más el entrenador de Barcelona SC. Su salida, tras la caída 3-1 frente a Liga de Quito, no sorprendió del todo.
Desde su llegada en octubre del 2024 como DT principal, “el Mortero” vivió un camino irregular. Empezó con la ilusión de devolverle protagonismo al Ídolo, pero la presión de los resultados y una seguidilla de derrotas terminó apagando ese sueño. En sus últimos cuatro partidos fue superado por Independiente del Valle, Aucas, Manta FC y Liga. Peor aún, la eliminación temprana en la Copa Libertadores —justo en el año del centenario— fue un golpe que ni el triunfo en el Clásico del Astillero pudo disimular.
Más allá del fútbol: moda, multas y críticas
El paso de Castillo por el banquillo no solo se midió en goles. Sus trajes extravagantes —que incluso llamaron la atención de Vogue— generaron tanto simpatía como burlas. Además, una sanción de 50 mil dólares por parte de Conmebol por una campaña publicitaria agitó las redes y sumó presión a un vestuario ya tenso. Si bien él explicó que era una estrategia para liberar tensiones, no alcanzó para revertir los cuestionamientos sobre el bajo rendimiento del equipo.
¿Y ahora qué? Trobbiani asume el reto
Con la fecha ante Mushuc Runa en el horizonte (domingo 22 de junio), la directiva amarilla apunta a Pablo Trobbiani como técnico interino. El ex entrenador de Chacaritas en el Ascenso Nacional y antiguo DT de la Reserva de Barcelona conoce el club desde adentro y llega para apagar el incendio, al menos temporalmente. ¿Podrá estabilizar el barco o será solo una solución momentánea?

Un nuevo capítulo en el Ídolo
La historia del fútbol ecuatoriano se escribe con momentos como este: decisiones difíciles, despedidas inesperadas y oportunidades renovadas. Segundo Castillo cerró su ciclo con 32 partidos dirigidos, 15 victorias, 7 empates y 10 derrotas. Ahora, todas las miradas están puestas en Trobbiani y en cómo afrontará el desafío de revivir a un Barcelona golpeado, pero aún con hambre de gloria.