El club más popular del fútbol ecuatoriano comienza a liberarse de sus castigos. Te contamos cómo Barcelona SC pagó parte de sus deudas y qué necesita para volver al mercado de fichajes.
Lo celebraron como si fuera un gol al minuto 90+5. En medio de un clima de tensión por las sanciones impuestas por la FIFA, Barcelona Sporting Club logró una pequeña pero valiosa victoria administrativa: levantó 2 de las 5 prohibiciones que tenía para inscribir refuerzos hasta enero de 2027. Una noticia que no solo alivia a la directiva, sino que también enciende la ilusión de la hinchada más numerosa del país.
Y es que el 11 de junio, la FIFA sumó un nuevo castigo al Ídolo del Astillero por deudas impagas, lo que ponía en riesgo las futuras contrataciones, incluida la reciente incorporación del goleador Miguel Parrales, quien llegó desde Orense SC. El fichaje fue anunciado oficialmente, pero con la sanción vigente, el atacante portovejense no podría ser inscrito… aún.
Antonio Álvarez, el “10” en las oficinas
La reacción fue inmediata. En apenas 24 horas, el presidente Antonio Álvarez metió un golazo fuera de la cancha: pagó dos de las cinco deudas que mantenían al club con la soga al cuello, y con ello logró levantar el 40% de las sanciones FIFA. Según fuentes oficiales, al club le queda tiempo hasta el 30 de junio para saldar las tres prohibiciones restantes, y así habilitar a Parrales y otros posibles refuerzos para el segundo semestre del 2025.
Este movimiento representa más que un alivio: es una señal de que hay gestión, voluntad y recursos para salir adelante. Aunque el camino no está libre de obstáculos, el barcelonismo se aferra a la posibilidad de competir con un equipo reforzado en lo que queda del año.
¿Y ahora qué sigue para el Ídolo?
Barcelona SC sigue en carrera, no solo en el plano deportivo, sino también en la lucha por limpiar su nombre ante los organismos internacionales. Si logra cumplir con los pagos pendientes antes del cierre de junio, podría inscribir fichajes clave y armar un equipo competitivo para la segunda etapa de la LigaPro.
Mientras tanto, los hinchas cruzan los dedos y sueñan. Porque en Barcelona, como en la vida, la esperanza nunca se negocia.

