En la lucha por la clasificación, Barcelona sorprendió con un cambio inesperado ante Independiente del Valle. ¿Qué hay detrás de la apuesta de El Mortero?
Cuando el fútbol ecuatoriano se juega todo en una noche, cada decisión pesa más de lo normal. Barcelona SC llegaba al Estadio Banco Guayaquil con la presión encima: ganar o despedirse de los octavos de final de la Copa Libertadores. Con ese panorama, Segundo Castillo tomó una decisión que sacudió a los hinchas y que aún sigue dando de qué hablar: dejar a Octavio Rivero en la banca y apostar por Felipe Caicedo como titular.
Sí, leíste bien. El uruguayo Rivero, máximo referente ofensivo del equipo en lo que va del año, fue suplente en el partido más importante del semestre. La elección de «Felipao», quien hasta ahora no había sido titular en un duelo de Libertadores, sorprendió a propios y extraños. ¿Qué motivó a El Mortero a dar ese giro?
Según fuentes cercanas, la molestia física con la que Rivero salió cojeando en el último partido ante Deportivo Cuenca podría haber sido determinante. Aunque el club no emitió parte médico, los signos estaban ahí. Aun así, fue una apuesta que generó ruido: cambiar al hombre más determinante por un delantero que aún no encontraba ritmo competitivo.
Felipe Caicedo, por su parte, respondió con actitud y experiencia, aunque el peso del partido fue notorio. La decisión táctica —o tal vez forzada— de Castillo abrió un debate que va más allá del resultado: ¿está el fútbol ecuatoriano preparado para confiar en los históricos cuando más importa?

Más allá del marcador final, la jugada de El Mortero expone los retos que enfrenta Barcelona en esta Libertadores: lesiones, presión mediática, decisiones arriesgadas y un objetivo claro pero cuesta arriba. Lo cierto es que el camino a los octavos aún está abierto, pero con un margen de error casi nulo.
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