El fútbol ecuatoriano vive momentos intensos: ¿puede un exjugador salvar a Barcelona SC de la tormenta institucional?
Barcelona SC no atraviesa su mejor momento. La hinchada, cansada de fracasos deportivos y problemas administrativos, siente que el club más grande del fútbol ecuatoriano está «en la olla». Pero entre la frustración y el caos, una voz conocida resuena con fuerza: Máximo Banguera, el arquero de los títulos, levanta la mano y se ofrece como presidente. ¿Será este el renacer que necesita el ídolo del Astillero?
¿Por qué el nombre de Banguera resuena entre los hinchas?
Con una historia ligada a los triunfos más recientes del club, Máximo Banguera no es solo un exjugador. Es un símbolo. Campeón, referente y querido por la hinchada, su nombre revive la mística perdida. En entrevista con El Universo, fue claro: “Me gustaría ser presidente de Barcelona SC”. No se trata de un capricho, sino de compromiso genuino.
El contraste con la dirigencia actual
La presidencia de Antonio Álvarez, marcada por conflictos legales, crisis financiera y distanciamiento con los socios, ha dejado un vacío de liderazgo. Muchos creen que es hora de volver a las raíces, y Banguera representa exactamente eso: identidad, cercanía y pasión por el club.
¿Tiene lo necesario para liderar?
Aunque su carisma es innegable, la dirigencia de Barcelona SC exige algo más que popularidad. La institución arrastra deudas, tensiones políticas y presión mediática. El reto de transformar su legado deportivo en liderazgo administrativo será enorme, pero no imposible si se rodea de un equipo técnico capacitado y ético.
La historia de Barcelona SC y el fútbol ecuatoriano está llena de capítulos de gloria, pero también de crisis. Que un ídolo como Máximo Banguera quiera tomar el mando no es solo noticia: es esperanza. Ahora, el balón queda en la cancha de los socios, que decidirán si ese regreso a las raíces es el camino hacia el futuro.
