El veterano entrenador paraguayo Ever Hugo Almeida deja Ambato y apunta a dirigir a uno de los clubes más importantes del continente.
El fútbol ecuatoriano sigue dando de qué hablar, y esta vez no solo por los triunfos de sus jugadores en el extranjero, sino también por la relevancia de los entrenadores que pasaron por la LigaPro. Ever Hugo Almeida, a sus 77 años, está a punto de iniciar un nuevo capítulo en su extensa carrera tras su paso por Mushuc Runa, club con el que vivió contrastes entre la gloria internacional y las dificultades locales.
Durante el primer semestre de 2025, Almeida sorprendió a propios y extraños al clasificar a Mushuc Runa como el mejor de los punteros de su grupo en la Copa Sudamericana. Sus dirigidos lograron victorias destacadas como la conseguida ante Cruzeiro en Brasil y otra frente a Unión en Argentina, demostrando que el estratega paraguayo sigue dejando huella en torneos internacionales.

Sin embargo, la historia local fue distinta. En la LigaPro 2025, Mushuc Runa terminó en el último puesto de la tabla de posiciones de la Fase Inicial, lo que motivó al presidente Luis Alfonso Chango a dar por finalizado el ciclo de Almeida en Ambato.
El nuevo reto de Ever Hugo Almeida llega desde su país natal: Olimpia de Paraguay. Según informaciones recientes, el veterano entrenador será el encargado de retomar las riendas del Decano tras la salida de Ramón Díaz. Almeida, ídolo histórico del club y ex campeón de la Copa Libertadores como arquero, volverá a liderar un equipo al que ya dirigió en cuatro ocasiones, sumando experiencia y reconocimiento internacional.
Su última etapa en Olimpia fue en 2017, cuando dirigió 12 partidos, con cinco victorias, cinco empates y solo dos derrotas. Ahora, con años de trayectoria y aprendizajes acumulados, Almeida busca devolver al Decano a los primeros planos y consolidar nuevamente su legado como uno de los entrenadores más respetados del continente.
El regreso de Ever Almeida a Olimpia marca un nuevo capítulo en la historia del fútbol sudamericano, recordándonos que la experiencia y la pasión siguen siendo decisivas. Mientras tanto, el fútbol ecuatoriano observa cómo sus entrenadores y jugadores continúan dejando huella más allá de sus fronteras.