El exentrenador argentino Jorge Célico reveló que no pidió a Alfonso Barco y explicó cómo ese fichaje marcó su relación con la dirigencia.
En el fútbol ecuatoriano, las decisiones en la dirigencia pueden cambiar el rumbo de un equipo y la carrera de un entrenador. Jorge Célico, quien dejó Emelec hace mes y medio, habló sin tapujos sobre uno de los motivos de su salida. El técnico argentino reveló que un fichaje impuesto por la directiva —el del peruano Alfonso Barco— fue la chispa que encendió el conflicto interno.
El fichaje que no estaba en los planes
En entrevista con el programa Mano a Mano, Célico contó que llevaba más de dos semanas conversando con un jugador que consideraba ideal para reforzar su equipo. Todo estaba acordado, pero de repente, un director deportivo intervino y decidió imponer la contratación de Alfonso Barco, mediocampista peruano de 23 años.
“El problema no es la calidad del jugador. Barco es un buen back centro o stopper por izquierda, pero yo buscaba otro perfil”, explicó el estratega, dejando claro que no se trataba de una cuestión personal, sino de un desacuerdo en el modelo de refuerzos.

El impacto en su trabajo y la relación con la dirigencia
El desencuentro no quedó ahí. Célico recordó que en sus últimos dos partidos con Emelec casi no contó con Barco: ante Delfín lo dejó fuera de la convocatoria, y contra Universidad Católica lo envió al banco, dándole solo 15 minutos de juego.
Esta diferencia en la planificación deportiva terminó desgastando su relación con la dirigencia, acelerando su salida del club. “Fue un problema muy grande con la directiva y con él (director deportivo)”, reconoció el técnico.
El caso de Jorge Célico y Alfonso Barco muestra cómo las decisiones fuera de la cancha pueden influir directamente en el rendimiento y estabilidad de un equipo. En un fútbol ecuatoriano cada vez más competitivo, la sintonía entre entrenadores y dirigentes es clave para evitar conflictos que terminen en salidas abruptas.