Deportivo Cuenca y Delfín igualaron en un partido táctico y físico dejando emociones en los minutos finales.
En una jornada dominical cargada de tensión y táctica, Deportivo Cuenca y Delfín igualaron 1-1 en un partido que, más allá del marcador, estuvo marcado por el reencuentro de dos entrenadores con una raíz común: haber sido dirigidos por Edgardo Bauza, ídolo de Liga de Quito. Desde los banquillos, Norberto Araujo y Patricio Urrutia, excompañeros e históricos campeones, trasladaron su visión del juego en un duelo tan físico como estratégico.
Poca creación, mucho esfuerzo
El encuentro, disputado en el estadio Alejandro Serrano Aguilar, fue trabado y con escasas ocasiones claras de gol. Ninguno de los dos equipos lograba imponerse claramente, hasta que Joaquín León, volante de Delfín, rompió el cero a los 65 minutos con un potente remate de media distancia que se desvió en Clíver Moreno, descolocando al portero Hamilton Bustos.
Ese gol parecía encaminar la victoria de los manabitas, que apostaban por replegarse y cerrar espacios, mientras los locales no encontraban la forma de inquietar. Sin embargo, Araujo apostó por cambios ofensivos en busca del empate. El plan dio frutos al minuto 80: Nicolás Leguizamón, uno de los ingresados, conectó un centro tras pelota parada y marcó de cabeza el 1-1 definitivo.
Final de infarto y tabla ajustada
Los últimos minutos fueron de vértigo, con Deportivo Cuenca lanzado al ataque buscando la victoria y Delfín resistiendo con orden defensivo. Al final, el reparto de puntos parece más beneficioso para los locales, que mantienen su lugar en zona alta, mientras que los mantenses se alejan un poco más del descenso.
Con este empate, Cuenca se mantiene cuarto con 33 puntos (+6) y ahora se medirá ante Liga de Quito en el Rodrigo Paz, en lo que promete ser una dura prueba. Por su parte, Delfín asciende al octavo lugar con 26 unidades (-8) y recibirá en casa a Barcelona SC, otro gigante que busca consolidarse en el torneo.

Más que un empate, un encuentro de ideas
Este partido no solo dejó goles y emociones, también evidenció cómo dos exjugadores convertidos en entrenadores aplican lo aprendido del «Patón» Bauza en sus propios estilos. Un empate con sabor táctico, que deja mucho por analizar para el futuro del fútbol ecuatoriano y de estos técnicos que, poco a poco, van escribiendo su propia historia.