En el marco de los cien años de vida institucional de Barcelona SC, IDV demuestra grandeza con un homenaje que remece el fútbol ecuatoriano
Hay gestos que trascienden los 90 minutos. En un fútbol cada vez más marcado por la rivalidad y la polémica, Independiente del Valle decidió responder con altura. Este martes, el equipo de Sangolquí recibió a Barcelona Sporting Club en el aeropuerto con una pancarta que no solo sorprendió, sino que emocionó. En ella, felicitaban al Ídolo del Astillero por sus cien años de vida institucional. Un acto que ya está dando de qué hablar en toda la actualidad del fútbol ecuatoriano.
Este gesto no fue improvisado. Hace unas semanas, Michel Deller, dirigente de IDV, prometió que responderían de forma elegante al mal recibimiento que tuvieron en Guayaquil, donde fueron recibidos con una pancarta ofensiva. Y lo cumplieron. Sin rencores, sin provocaciones. Solo respeto. ¡Palabra de gallero!

Más que un partido, una lección de valores
Mientras muchos esperaban tensión o indiferencia, IDV apostó por el respeto mutuo. Este homenaje reafirma que el fútbol ecuatoriano no solo se construye con goles, sino también con gestos que unen a su gente. La pancarta no solo conmovió a jugadores y directivos, sino también a miles de aficionados que vieron en este detalle un reflejo de la madurez del club y de lo que debería ser el deporte.
La imagen ya se ha viralizado en redes sociales y ha sido replicada por medios nacionales e internacionales. Este tipo de acciones también hablan del impacto internacional del fútbol ecuatoriano, no solo por el talento de sus jugadores, sino por el profesionalismo de sus instituciones.
Un ejemplo para todo el continente
En tiempos donde las pasiones suelen desbordarse, Independiente del Valle dejó claro que el respeto no se negocia. Con este gesto, no solo honraron a uno de los clubes más grandes del país, sino que también fortalecieron la imagen del fútbol ecuatoriano ante el mundo.
¿No es esto lo que realmente importa? Rivalidad sí, pero con clase. Competencia sí, pero sin perder la esencia. Porque cuando el respeto gana, ganamos todos.