El arquero de la Tri Hernán Galíndez protagonizó un escalofriante momento en el partido ante Venezuela, pero su espíritu guerrero lo mantuvo firme en la cancha.
El compromiso entre Ecuador y Venezuela por las Eliminatorias Sudamericanas dejó una anécdota que pocos conocían. Hernán Galíndez, el guardián del arco tricolor, sufrió una impactante lesión en plena cancha, pero su fortaleza y el apoyo de sus compañeros le permitieron continuar sin mayores contratiempos.
Un susto que pudo ser peor
En la zona mixta, Galíndez relató el sorprendente episodio que vivió durante el encuentro. “Se me salió el dedo en la jugada en la que despejé para el costado. Pervis en la cancha me lo pudo colocar”, confesó con naturalidad, demostrando su temple en los momentos más difíciles.
Pese al dolor y el impacto del incidente, el arquero de Huracán no dudó en seguir bajo los tres palos. Su actuación fue clave para mantener el cero en el marcador y consolidar su lugar como una de las piezas fundamentales en la selección ecuatoriana.
Ecuador en su corazón
Galíndez no solo se ha ganado el respeto de los hinchas por su desempeño en el campo, sino también por su amor incondicional hacia Ecuador. “Este país me cambió la vida. Soy un agradecido. Hoy que vivo lejos, extraño todo: su cultura, su gente, su comida. Espero que pronto pueda volver a vivir aquí”, expresó con emoción.
Su entrega y compromiso con la camiseta tricolor han hecho que la afición lo considere un ecuatoriano más. Con un carácter inquebrantable, Galíndez sigue demostrando que está listo para afrontar cualquier desafío, incluso si eso implica recolocarse un dedo en pleno partido.
