Brighton se complica en la Premier y Pervis Estupiñán sufre las consecuencias de un fallo ajeno
Cuando el calendario aprieta y cada punto cuenta, no hay espacio para errores… y menos si no son tuyos. Brighton dejó escapar una victoria valiosa frente al Newcastle tras un empate 1-1 que dolió más por la forma que por el fondo. La sanción de una mano inocente, cometida por un jugador sin demasiada experiencia, terminó empañando un partido que pudo haber terminado con otra historia. ¿La víctima colateral? Pervis Estupiñán.
El ecuatoriano fue uno de los pocos que mantuvo el nivel durante los 90 minutos. Seguro en defensa y siempre dispuesto a proyectarse en ataque, Pervis no tuvo responsabilidad directa en el empate, pero terminó pagando los platos rotos de un equipo que no termina de encontrar la regularidad necesaria para cerrar la temporada con la cabeza en alto.
Este resultado no solo deja a Brighton en una situación incómoda en la tabla, sino que también obliga al equipo a no fallar en lo que queda del campeonato si quiere mantener viva la esperanza de clasificarse a una competición europea. Ya no basta con depender de sí mismos: ahora también necesitan que otros tropiecen.
Lo frustrante para jugadores como Estupiñán es que, pese a cumplir en lo individual, los errores colectivos o aislados los arrastran a todos. Y cuando el margen de error se reduce a cero, cada desliz pesa el doble. El calendario no perdona, y Brighton tiene por delante partidos decisivos que definirán si la temporada termina como un crecimiento o como una decepción.
Por ahora, a Estupiñán no le queda más que seguir sumando minutos, mantener su nivel y confiar en que el grupo aprenda rápido de los errores. Porque en este tramo final, no solo se juegan un puesto en Europa. También se juega el prestigio de un proyecto que parecía prometer más.
